En un día de carreras de caballos normal, vemos a los apostadores realizando sus jugadas con el fin de que su ejemplar gane, para recibir fabulosos dividendos, pero nadie se imagina siquiera qué ocurre antes de la carrera.
Conozcamos un poquito de la historia de los palafreneros, héroes anónimos de la hípica nacional.
Nos acercamos al Juez de Partida del Hipódromo Presidente Remón, Armando Ramos, y él nos explicó un poco sobre esta profesión.
"Este es un trabajo duro, arriesgado, lleno de peligro, pero interesante a la vez. El que se dedica a esto es porque le gustan los caballos y la hípica", indicó.
Ramos tiene 24 años de experiencia en ser palafrenero. Le gustaban los caballos desde que venía al hipódromo junto a su padre, quien fue mozo de corral y también palafrenero.
A Ramos se le brindó la oportunidad de ejercer posteriormente el puesto de Juez de Partida, la persona quien se encarga de dar la orden para iniciar cada carrera.
Estos son los otros héroes anónimos que arriesgan su vida en la hípica, ya que lidian con cada animal en cada carrera para poder entrarlos en cada carril o posición de salida.
Para convertirse en un palafrenero, hay que tener conocimiento de la materia, fuerza, agilidad, saber del cuidado del caballo y sobre todo, no tenerle miedo.
Tienen que pasar por una prueba en donde el Juez de Partida evalúa lo que realiza la persona que se encargará de guiar a los caballos al partidor.
"El tiempo de la práctica depende de cada persona y la agilidad que puedan tener, por eso puede durar desde un mes, hasta varios meses de entrenamiento", dijo Ramos.
En la actualidad, son 14 los palafreneros que se encargan de llevar a cada carril los animales. Uno para cada posición, ya que la gatera tiene 14 salidas, pero cuando un animal es hostil, los demás tienen que ayudar a que entre.