Atropellar a un ser humano con un automóvil, dejarlo tirado en la vía pública y darse a la fuga para esconder posteriormente las evidencias del caso, es un acto vandálico, repudiable e incivilizado, que sólo se ve en ocasiones en las películas de mafia y terrorismo.
Si la persona autora del atropello del niño Giovanni Murillo, junto a su madre, no ha comparecido aún, sola o acompañada ante las autoridades, tiene que ser capturada y sometida a las leyes correspondientes, o de lo contrario, la justicia en Panamá seguirá en el foso oscuro en que está confinada.
Si el infractor es menor de edad, sus padres debieron inmediatamente asumir las responsabilidades en un acto de respeto a las leyes y consideración por sus semejantes, en vez de asumir posiciones de poco importa con la vida de los demás.
Criticable y dudosa ha sido la actuación de las autoridades del Tránsito y los estamentos investigativos, cuya labor se ha visto opacada por un hermetismo cerrado que deja a su paso una estela de dudas.
�Por qué no se ha pronunciado oficialmente la Dirección de Tránsito y Transporte Terrestre, la PTJ y otras autoridades? �Si la opinión pública ha descargado su repudio contra determinadas personas por su actuación, por qué éstas no dan la cara y esclarecen tanta confusión? |