La historia se repite en espiral. Luego de registrarse la peor crisis de la historia en la Planta de potabilizadora de Chilibre, recurrimos a la Autoridad del Canal de Panamá, pero esta vez para entregar administración de las operaciones y procesamiento del agua.
Actualmente los panameños compramos cerca de 50 millones de galones de agua potable a la planta a la planta de Miraflores . En 1975, se inaugura en Chilibre, la mayor fuente de abasto de agua del país, capaz de producir 125 millones de galones diarios para satisfacer parte de la demanda del área metropolitana.
Por muchos años nos dábamos golpe de pecho: teníamos la mejor agua potable del mundo hasta que el 1998, la producción diaria se hizo pequeña para el crecimiento demográfico en la capital y comenzaron los problemas de abastecimiento.
Los planes de expansión llegan un poco tarde y con problemas. Se contrata a la compañía Biwater para redoblar la producción, pero nunca se logró y la turbiedad prendió la alarma para que una vez más expertos de la ACP administren el procesamiento.
No cabe duda que nuestra empresa, que opera y administra del Canal de Panamá, es una compañía emblemática. Los panameños descansamos seguros de que tomarán control de la situación que nos ha dejado muy mal parados, pero la pregunta es �qué pasará después con las otras potabilizadoras que maneja el IDAAN?
Una historia catastrófica se repetirá si no se invierte en talento, se despolitiza el sistema y si no se conserva un recurso humano calificado para mantener el mismo estándar de calidad que manejan en la ACP, aplicando al menos ISO 9001.
Señor Presidente, está en sus manos cambiar el curso de la historia. Nuestro tesoro más valioso está peligrando. Sólo repase en su mente esas imágenes de ancianos buscando agua y de personas gritando no haberse bañado por días.