Cuando se habla de amor, de inmediato se nos viene a la mente una tierna y joven pareja, mirándose dulcemente a los ojos. Sin lugar a dudas, para la gran mayoría de la gente, el amor y todo lo relacionado con el sexo pertenecen a la juventud. �Quién se atrevería a imaginar una escena de amor entre una pareja que ya "pinta canas". �Cómo imaginar dos cuerpos con avanzada edad teniendo sexo? Todo esto resultaría escandaloso para miles de personas, pero para otros tal vez resulte algo normal.
Efectivamente, existe toda una mitología social que considera una relación amorosa entre personas de la tercera edad como algo indecoroso y ni hablar de la sexualidad, es un tema tabú para el adulto mayor. Para Ana Vázquez Bronfman, autora de "Amor y sexualidad en las personas mayores. Transgresiones y Secretos", hoy tenemos una teoría difusa que dice que después de los cincuenta años ya no hay vida sexual. Esto es absolutamente falso, porque la actividad sexual sigue, lo que ocurre es que muchas veces se da de otra forma.
Sin embargo, al adulto mayor no sólo se le prohibe vivir plenamente el amor, sino que sería motivo de mofas y sonrisas pensar que podría sentir algún deseo sexual, quizás por parte de los más jóvenes. Ahora, si usted ve a una señora de sesenta años demasiado coqueta, seguramente no pensará bien de ella, porque lo primero que vendría a su mente es que para todo hay una edad. Y que hablar de los abuelos, si se les sorprende en una aventura amorosa, entonces estaríamos frente a un "viejo verde". Por lo demás, la prohibición y la condena sucede tanto a un nivel social como familiar, es más, muchas veces son los hijos los que se oponen a una posible relación amorosa de sus ancianos padres.
Pero la realidad es muy distinta a lo que muchos creen, porque de la misma manera que hay hombres jóvenes de escasa vida sexual y hay otros que buscan tener relaciones a diario, también en la edad madura existen estas variaciones. El deseo sexual no tiene porque desaparecer después de la menopausia en las mujeres, ni los hombres tienen que mirar el paso de los años con terror, pensando que se les acaba la "cuerda". Según los sexólogos, el deseo no disminuye más allá de la edad crítica, incluso hay casos en que se aviva. Muchas mujeres, al llegar a los cincuenta años o más, experimentan un resurgimiento de la vida íntima, de esa llama que acaso estuvo por largo tiempo apagada por el trabajo o las preocupaciones, y ahora sin tantos problemas, disfrutan con mayor frenesí el acto amoroso.
Existen, además, varios tratamientos para la menopausia, terapias que se han difundido enormemente, debido a lo cual, hoy en día las mujeres viven de otra forma esta etapa.
Entre los hombres, el envejecimiento está asociado a otros temores como el miedo a la disfunción eréctil, un problema común, pero a la vez tabú, debido a ciertas absurdas ideas machistas que no permiten plantear el tema con naturalidad. Sin embargo, la comercialización de algunos fármacos específicos han ayudado a estimular el debate, evitando situaciones más dramáticas.
Desde un punto de vista médico, el deseo sexual pareciera ser algo así como un instinto animal. Si hay bastante hormonas, entonces hay erotismo, si no hay, el hombre y la mujer se transforman en unos seres asexuados, pero esto es algo mucho más complejo.
