Delincuencia se apodera de los barrios chiricanos
La delincuencia y las drogas invaden los barrios de Pedregal, San Jos� y Don Bosco en la ciudad de David.
Berta Vega
Cr�tica en L�nea
La delincuencia en los barrios paname�os pareciera nunca terminar, pese a los esfuerzos por combatir la misma, los flagelos de la droga entre otros factores sociales se han apoderado de muchas �reas en el pa�s. Tal es el caso de unas barriadas en el distrito de David, mejores conocidas como Pedregal, Villa La Paz, San Jos� y Don Bosco, donde los actos delictivos aumentan con el devenir de los d�as y por si fuera poco, no existe l�mite en los antisociales que se dedican a hacer el mal. Muchas son las quejas de los hurtos y venta de droga en diversos sectores. Sin embargo, tambi�n existe el temor en los residentes de denunciar tales hechos ante la polic�a por posibles reprensiones. Alegan afectados, que no se puede caminar a horas nocturnas por las calles con la misma confianza que antes, y por si fuera poco ya no se puede dejar ninguna pertenencia fuera de las residencias porque al amanecer los ladrones acaban con todo. Esta acci�n, aunada a la venta de droga se han convertido en los temores m�s particulares de los residentes de estas barriadas, puesto que no se sabe si los ni�os y adolescentes puedan criarse en un ambiente como �ste, ya que no basta que estos antisociales utilicen las horas nocturnas para sus ventas o distribuci�n, sino que a plena luz del d�a efect�an sus fechor�as. Situaci�n esta que mantiene en alerta y preocupada a las comunidades, quienes dicen que a pesar de la vigilancia policial pareciera que este flagelo no tenga su control y no cese. Son muchos los casos de robo y de allanamientos policiales donde por medio del cual se han decomisado tanto art�culos hurtados como droga para venta, lo que da a entender que realmente la delincuencia s� acrecenta en esto sectores y que cada d�a la misma puede ir avanzando al comp�s del panorama social que se presenta. Puesto que en la mayor�a de los casos donde se registran venta de droga, las familias involucradas no viven en condiciones adecuadas, y atraviesan por serios problemas sociales, lo que escatima que participan del acto ilegal y la condici�n de cada uno cada d�a es precaria. Al buscar la parte de las autoridades de �ste corregimiento, el representante Ritto Barrett manifest� que realmente existe un problema social en estas comunidades, y que ya es hora que las otras autoridades competentes, al igual que los clubes c�vicos trabajen en un proyecto de resocializaci�n y que juntos logren disminuir estos problemas por el cual atraviesan varios ciudadanos sin distinguir sexo o raza, al igual que edad. Barrett indic�, que muchas familias inmiscuidas en problemas de droga y enfrentamientos con armas entre bandas rivales, atraviesan por serios problemas sociales y nadie se les acerca a ellos para ofrecer un programa de ayuda y lograr presentarle as� una salida y esperanzas a los involucrados. Seg�n el representante, hay que hacer una labor de trabajo que llame la atenci�n de estos grupos en las diversas barriadas donde existe el problema, busc�ndose que efect�en un cambio aunque sea en algunas unidades, puesto que no solo ellos hacen mal a la comunidad sino que tambi�n se hacen a s� mismos como seres humanos. Realidad esta que es compartida por muchos, ya que las condiciones precarias de los grupos involucrados en estos actos son bastante considerables y no hay quien les d� una ayuda o quiz�s que le hablen de que exciten oportunidades de resocializaci�n. En estos hogares donde los actos delictivos se registran en manera alarmante residen muchos ni�os cuyo futuro es incierto, o porque no decir, para muchos ya est� marcado el mismo puesto que si crecen rodeados de delincuencia y droga, su final quiz�s sea el de someterse a la misma rutina presentada por los adultos. Hecho que lleva a analizar la problem�tica y que las autoridades sociales y competentes efect�en un trabajo adecuado en las �reas afectadas, buscandosea s� que se suministre un poco de ayuda a estas personas, ya que no se puede decir que un delincuente no pueda tener oportunidad de resocializarse y conducirse en una sociedad de manera normal.
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