El ex general panameño Manuel Antonio Noriega presentará mañana en Miami sus argumentos en contra de su extradición a Francia ante un panel de tres jueces del Undécimo Tribunal de Apelaciones de Estados Unidos.
Noriega argumentará de nuevo que por ser prisionero de guerra debe ser repatriado de inmediato a Panamá, tras haber cumplido con una condena en una cárcel estadounidense, según los documentos judiciales del caso.
El militar panameño fue juzgado y condenado en Estados Unidos en 1992 tras ser acusado de permitir el envío a este país de los embarques de cocaína del desaparecido cartel colombiano de Medellín, en la década de los años ochenta.
Noriega, que fue capturado en 1989 en la invasión de Panamá, recibió una condena de 40 años de prisión que fue rebajada a 30, por haber cumplido cárcel, y luego a 20, por buena conducta, de los que cumplió 17 en septiembre del año pasado.
Pero permanece en una cárcel de Miami después de que el juez Paul Huck dictaminó que no puede ser extraditado a Francia hasta que concluya su proceso de apelación.
En Francia fue juzgado en 1999 y condenado en ausencia a diez años de prisión por el lavado de unos 3,1 millones de dólares.
Los abogados de Noriega, Frank Rubino y Jon May, han argumentado ante tres jueces federales que su cliente debía ser enviado a Panamá y no a Francia por tratarse de un prisionero de guerra amparado por las disposiciones de la Convención de Ginebra.
Los magistrados han fallado en contra de Noriega desestimando los alegatos de que en Francia no recibiría la protección como prisionero de guerra establecida en la Convención.
Debido a ello, el ex hombre fuerte de Panamá (entre 1983 y 1989) recurrió ante el Undécimo Tribunal de Apelaciones para batallar contra la extradición al país europeo que la presentó en abril de 2004.
Noriega, de 73 años, insiste en señalar que lo envíen a Panamá porque así lo establece la Convención de Ginebra cuando un prisionero de guerra ha cumplido con una condena en otro país.