Las posibilidades de que el ex dictador Manuel Antonio Noriega vuelva a Panamá a cumplir la larga lista de condenas que lo esperan, se hicieron más remotas ayer por un juez federal de Estados Unidos.
Un recurso que los abogados de Noriega interpusieron con el fin de bloquear su extradición a Francia, fue negado por el juez Paul Huck.
Aún le queda otra carta al equipo de abogados de Noriega. Una nueva apelación, será presentad en un mes ante el Undécimo Tribunal de Apelaciones de Atlanta, al que también competen los trámites de Florida, donde fue procesado Noriega.
La Defensa de Noriega ha acusado al gobierno panameño, liderado por el Presidente Martín Torrijos, de bloquear el regreso del militar, porque su presencia en el Istmo dañaría la campaña política del gobernante PRD hacia las elecciones del 2009, que actualmente son aliados del gobierno estadounidense.
De reafirmar la justicia estadounidense el envío de Noriega a Francia, Panamá habrá perdido una gran oportunidad de juzgar a una de las figuras más nefastas de su historia, y también de esclarecer muchos de los crímenes, el destino de decenas de desaparecidos y muchos de los espacios en blanco en el recuento histórico del período de la dictadura militar.
Muchas de las heridas abiertas e incertidumbres de ese período están a la espera del regreso del ex hombre fuerte de Panamá para que queden sanadas y aclaradas. Es algo que el país necesita.